sábado, 8 de diciembre de 2012

Soy yo la prioridad de mi vida



Quiero volar alto, tocar las nubes
desvanecerme entre el fuerte viento
y dejar que me lleve la corriente.
Que me lleve lejos, que me eleve bien alto
para mirar con compasión a los de abajo.
Son como hormiguítas, diminutos e indefensos.
Yo mientras tanto, dejando ese mundo atrás
me apresuro para llegar a mi destino.
Próxima parada, “FELICIDAD”.
Hacía tanto tiempo que no sabía a qué olía la felicidad,
hacía tanto tiempo que todo lo veía negro.
Le daba la espalda al mundo, me encerraba en mis pensamientos.
quería aislarme y no saber nada de nadie.
Todo era malo, todo me salía al revés, la  gente que me quería
se volvía en mi contra, sin yo saber bien por qué.
Mirad, aún lo veo todo gris, a pesar de estar aquí
arriba, entre nubes de algodón, no me proporcionan consuelo.
Sola, muchas veces me siento sola. 
Hace tiempo que no esta conmigo,
aquel que con un simple gesto me arrancaba mis mejores sonrisas.
Lo echo de menos, no a él, si no a mi, a mi "yo" que no paraba de reir,
a sentirme especial y creer que podía comerme el mundo,
y no ser una cualquiera que vaga incesante por el mundo buscando
que la hagan un poco de caso.
Viento, llevame lejos, elévame alto
Que les vea a todos como si de un simple y borroso recuerdo se tratase.
Nubes, cobijadme cuando este cansada, acomodarme cuando este dolorida.
Luchare, luchare por mi, no por ti. 
Hoy no dependo de nadie, solo de mi misma. 
Quiero ser y seré feliz, cueste lo que cueste, le duela a quien le duela.
Hoy soy yo la prioridad de todas mis tareas.

Desahogo.

Después de tanto tiempo he vuelto a sentir la necesidad de escribir.
Hoy es uno de esos días en que lo que voy acumulando toca el tope de mi capacidad,
exploto.
¿Que qué me pasa? Ojala pudiera saberlo. Son tantas cosas que no me acuerdo ni de cuál fue la primera que me guarde.
No lo sé, de veras que no lo sé. Simplemente lloro, grito, me miro al espejo con el maquillaje corrupto, con el negro de los ojos resbalando por mi mejilla.
Pero no hay de que preocuparse, no es la primera ni sera la última vez que me pasa esto.
Ya se esta volviendo rutina. Verse mal, fea. Agobiada por todo lo que he de hacer y todo lo que se me viene encima. Las actitudes de los que me rodean que a veces dejan mucho que desear.
Los que me rodean... A veces imprescindibles, a veces tan egoístas. Unos días te dedican palabras de suerte y otros solo saben mostrarte una retahíla interminable de insultos que muchas veces me pregunto, ¿me lo merezco?, ¿merezco de verdad ser insultada a esos niveles? Lo peor es que los que me suelen insultar y hacer la vida insoportable son los que deberían estar ahí conmigo, día a día, haciendo la vida un poco mas amena. Pero parece ser que no es lo que me corresponde, algo estaré haciendo muy, muy mal para recibir lo que recibo de ellos.
Tengo las mejillas desgastadas de tantas bofetadas que he recibido.
Pero no solo se puede hundir a una persona a base de insultos, que al fin y al cabo son meras palabras articuladas desde el odio de ese momento. Las actitudes muchas veces son peor que cualquier paliza o insulto.
Lo psicológico es mil veces mas fuerte que todo lo demás.
He de confesar que muchas veces me he sentido menos preciada, que mi esfuerzo no valía un duro y que mi opinión y propuestas no venían a cuento.
Me dejo la piel intentando hacer felices a los de mi al rededor, pero muchas veces me olvido de mi felicidad, la mía, la que yo siento.Yo siempre entre la espada y la pared, pero con la espada ya clavada. Y cuando intento hacer algo mas o menos bien que me proporciona bien estar "¡búm!" ya esta la persona de turno, normalmente de la que menos lo esperas, para machacarte.
Siempre en medio de las situaciones, sin saber a que lado ir.¿ Izquierda o derecha?, ¿unas personas u otras?, ¿mi felicidad o la de ellos? Sueño con que un día, en el que me encuentre en esa misma situación, entre ir a la izquierda o a la derecha, iré hacia el frente, mirando por y para mí. 
Mientras tanto seguiré siendo la amiga tonta del grupo que se mantenga en silencio y siga a las demás.
Triste, pero cierto. Esa es la realidad que yo vivo y siento, quizás me equivoque porque estoy cegada por el mal estar interior, no lo sé, como he dicho antes son tantas cosas que ya no se ni que es lo que me hace daño y que es lo que me hace bien.


 En lo más profundo de mi corazón solo quiero ser feliz, el cómo ya lo averiguare.