domingo, 11 de mayo de 2014


Cuantas noches de insomnio hicieron falta para saber que no debía continuar por ese camino.
Cuantas lágrimas tuvieron que empapar la almohada para que se diera cuenta de que no estaba bien.
Una y otra vez lo mismo, puñalada en el pecho, sobrecarga en el cerebro...
Parece que le gusta estar así parece como si no se quisiera poner bien. Como si no quisiera salir del hoyo.
Pero todo lo contrario, es consciente de sus problemas, anhela hallar la solución, solo le frena una cosa: "El amor"

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