sábado, 28 de agosto de 2010

Completas desconocidas


Una vez más recordé una sensación que casi parecía olvidada.

Como una espina en la garganta, un puñetazo en el estomago, hoy,
emerge de mis adentros en forma de llanto.

La respiración acelerada, gritos reprimidos en el pecho, ojos húmedos e hinchados

Todo me da vueltas.


No quiero mirarla a los ojos, esos ojos que hace un momento me odiaban.

No quiero tocarla.

Ni rozar sus manos, esas manos que hace un momento me hicieron tanto daño.

No quiero oírla, no quiero oír las humillaciones, los reproches, las injusticias que por su boca suelta.

No quiero quererla, tampoco odiarla…
No, definitivamente no puedo quererla, ahora mismo no.

Solo me sale odiarla, decirle con los ojos llorosos que no la quiero, sentir un golpe en el pecho al ver que es cierto, que no es nada, que para mí es desconocida…

Que ya nada será igual, que después de esto la mirare de forma distinta.
Quizás este muy equivocada, que cuando falten les eche de menos.

Mientras tanto, mi corazón no les abre las puertas, mi alma no se sincera con ellos. Mi cuerpo no les perdona el daño que le hicieron, Mies oídos no quieren volver a oír su voz enrabietada…

Es duro de decir, duro de pensar, de sentir…Pero es aun más duro el vivir con ello para el resto de la vida.


¿Te quiero?, ¿te odio?...
Te desconozco…

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